bienvenido_mister_marshall_7Qué bonitas son las tradiciones, y el señor Obama, que está de acuerdo, para respetar las nuestras ha hecho un Mr. Marshall en toda regla.

Tan emocionados que estaban nuestros gerifaltes (tanto de la Old como de la New politic) con la visita del amigo Barack, tan engalanada que le tenían Sevilla para mostrársela cual joya… y va el indolente Mr. President y se dedica en exclusiva a los temas serios: pasar revista a las bases militares estadounidenses.

Y es que el amigo Obama, para los despistados, no venía porque sea muy amigo ni le guste mucho el verano en España, no… venía después de cerrar los acuerdos en Varsovia para que las tropas OTAN queden desplegadas de forma permanente con más personal y más armamento ahí cerquita de las fronteras rusas. Y si eso provoca resquemores en Moscú que con su pan se lo coman, porque como todos sabemos el hecho de que acumulen tropas cerca de tu frontera es un gesto amistoso universal,  así que el único efecto previsible es una estabilización de la zona, como es obvio.

Por lo tanto lo lógico era que el amigo Barack viniera directo al lío, que no está para perder el tiempo con visititas turísticas… pero al final la cosa se arregló, y gracias a la brillante diplomacia española, Mr. President concedió nada menos que ¡10 minutazos! a repartir entre Sánchez, Rivera e Iglesias. Y ahí que estuvieron los tres ¿eh?, no se crean que ninguno se sintió ofendido ni tuvo un arranque de dignidad, no… ahí estuvieron cada uno con sus 3,5 minutos para que Mr.Obama les diera unas palmaditas y les acariciase un poco el lomo… porque al menos coincidirán conmigo en que no hubo tiempo para nada con más “chicha” que eso.

Y aquí concluye la visita del President of the United States por el que algunos han perdido la sesera y los principios… algunos otros nos hemos opuesto a participar en la charlotada, y menos mal, porque los que en aras de la “new politic” han decidido aparcar los “significantes vacíos” y las “banderas sin sentido” para acudir corriendo y no quedarse fuera de la foto se tienen que sentir hoy un poco ridículos, un poco utilizados… o a lo mejor no, a lo mejor totalmente imbuidos de la pompa presidencial ya solo lamentan no haber podido sostener su mano unos segundos más mientras berrean emocionados ¡hail to the chief!.

Raúl Martín Fernández

(Artículo originalmente publicado en El Zasca)